La nueva autopista urbana M-30 pretende descongestionar el tráfico en Madrid. Para ello se requiere un túnel de carretera de tres carriles y 3,5 kilómetros de longitud, perforado en una geología difícil formada por capas de arcilla y yeso macizo con pendientes de hasta el cinco por ciento. Se requiere un instinto seguro, ya que el túnel debe perforarse bajo zonas densamente pobladas y atravesar pozos de ferrocarril y metro a intervalos de sólo 6,5 metros sin ningún "efecto secundario".
Herrenknecht suministra el escudo de presión de tierras más grande del mundo hasta la fecha, diseñado para avanzar con rapidez. El S-300 perfora con dos ruedas de corte que pueden girar independientemente una de otra en ambas direcciones. La rueda de corte interior tiene un diámetro de siete metros y la exterior, montada en el mismo plano de trabajo, aumenta el diámetro de perforación a 15,20 metros. Esto significa que el enorme par de torsión puede introducirse gradualmente en el terreno al arrancar la tuneladora, empezando por la rueda de corte interior "líder". Con 125.268 kNm, la máquina proporciona el mayor par jamás instalado en una tuneladora hasta la fecha.
Se integraron tres sinfines en el escudo de perforación para controlar la excavación y sostener con seguridad el frente, pero también para mantener la elevada velocidad de avance. Dos grandes sinfines en la zona inferior del escudo arrastran la tierra removida por la rueda de corte exterior hacia atrás hasta la cinta transportadora. En el tercio inferior de la rueda de corte interior se encuentra un sinfín transportador algo más pequeño para conducir el material extraído allí hacia la parte trasera.
En mayo de 2006, se anota en el informe de obra el mejor rendimiento semanal de 188 metros de túnel recién construido. Y el 17 de julio de 2006 se produce el gran avance de las obras en Madrid, tras sólo 25,5 meses de construcción y 4,5 meses antes de lo previsto. El túnel se abre al tráfico en marzo de 2007.