Christchurch, en Nueva Zelanda, ha invertido en una tubería de cinco kilómetros de longitud para las aguas residuales tratadas, que se verterán directamente al mar a partir de finales de 2008. La depuradora funciona en el norte de la ciudad de 360.000 habitantes desde hace unos 40 años y se va a ampliar. Estas aguas residuales, algunas de las cuales siguen contaminadas, se han canalizado hasta ahora prácticamente "a la puerta de casa" hacia el estuario de los ríos Avon y Heathcote. Las aguas poco profundas sólo están conectadas con el mar por un acceso relativamente estrecho. En aras de la protección del medio ambiente y la salud, pero también del turismo, las aguas residuales tratadas se van a bombear ahora al mar a tres kilómetros de la costa

La ciudad opta por un método de construcción cerrado con una tuneladora de servicios públicos AVND1800AB de Herrenknecht, apodada "Dora la Bora" en Christchurch. El primer túnel, desde el pozo de lanzamiento de 15 metros de profundidad en South New Brighton Park, bajo el estuario poco profundo, hasta las balsas de tratamiento secundario y la estación de bombeo de la depuradora, se termina en agosto de 2007.

Poco después, partirá en la otra dirección desde el mismo pozo de lanzamiento: el túnel de 610 metros de longitud bajo el cabo de South New Brighton estará construido en noviembre de 2007. La máquina se abrirá paso 874 metros a través del lecho marino desde un segundo pozo de lanzamiento en las dunas de la playa del cabo. La alta presión del agua y la escasa sobrecarga de sólo cuatro metros en algunos puntos, especialmente en el segundo túnel del cabo de South New Brighton, suponen un reto para los técnicos y el equipo. Al final, la máquina se recupera "mojada" de una profundidad de agua de unos 6,50 metros. Una tubería de polietileno de 2,7 kilómetros de longitud se conecta al tubo de hormigón armado colocado con su ayuda en el lecho marino.